El nuevo Hotel Indigo Madrid Princesa abre sus puertas en la capital para convertirse en referencia del turismo local más canalla y desenfadado. El que fuera el antiguo hotel Tirol, se incorpora ahora a la cadena de hoteles boutique IHG bajo su marca Indigo con una filosofía muy marcada: quieren que sus clientes se sientan como una parte fundamental de la vida de la ciudad, conectándoles con los entornos verdes y urbanos más representativos de Madrid.
101 habitaciones y mucha naturaleza
Haciendo honor a este pulmón verde que posee Madrid, las 101 habitaciones del Hotel Índigo Madrid Princesa están decoradas en tonos tierra con fotografías de naturaleza, una planta ornamental, muebles de madera y ropa de cama de alta calidad.
Lo mismo ocurre con su Best Kitchen & Bar, un espacio gastronómico con elementos representativos como la madera natural y colores que nos transportan a ese universo de naturaleza. En él se puede disfrutar de una cocina contemporánea de temporada centrada en ingredientes locales o degustar vinos de la región. También cuenta con una espectacular azotea que ofrece una de las mejores vistas de Madrid.
Experiencias auténticas y moderno diseño
Ubicado en el corazón del barrio de Moncloa-Argüelles, el hotel ofrece al viajero experiencias auténticas, diseño moderno y servicios personalizados con una amplia gama de comodidades: habitaciones con servicios Premium de entretenimiento, planta Executive Club…
Hotel Indigo Madrid Princesa es un hotel en el que ver, oír, degustar y sentir la ciudad. Una experiencia sensorial que conecta al viajero con todos los planes que puede disfrutar en Madrid y que está íntimamente ligado a ese concepto de turismo verde y urbanita.
La zona es residencial y comercial a partes iguales, y ofrece al visitante lo mejor de cada mundo. Resulta aún más atractiva por su arquitectura señorial, sus monumentos históricos y sus frondosas zonas verdes. Ubicado a unos kilómetros del bullicioso centro de la ciudad, aquí la naturaleza es la principal atracción, ya sea para caminar, correr, andar en bicicleta o disfrutar del panorama montándote en el teleférico o subiendo a una torre de observación de 360 grados.
Imágenes cedidas: Belinda Shaw
