Hace unos días, Airbnb envió dos informes a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes y a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. En ella, defendían su presencia en la comunidad alegando que es «demasiado pequeña» como para «afectar» al mercado de vivienda.
En esta carta, Airbnb explica que el homesharing «ayuda a las familias a poder seguir en sus hogares, aporta un impacto positivo a la ciudad y distribuye los beneficios del turismo entre las comunidades locales».
Y concluyen que una vivienda no sería rentable frente a una renta de larga duración en la capital si no se alquila, al menos, durante 245 noches.
Igualdad de condiciones para competir
Pero han ido a más. Sergio Viñals, su responsable de políticas públicas, reclama en un reportaje publicado en El Mundo, «reglas justas y claras para el anfitrión», pero a la vez, diferenciadas de las del sector hotelero. «El error de muchas regulaciones está en intentar copiar y pegar los requisitos que tienen los operadores más profesionales, como los hoteles». Por ende, desde Airbnb piden que a los particulares «no se les pongan requisitos excesivos o poco proporcionados».
Para Airbnb, según añade El Mundo, esa diferenciación sería la igualdad de condiciones a la hora de competir. «Todos los expertos en competencia dicen que el rol que tiene el particular en estas plataformas es totalmente distinto, y por eso todos los requisitos que se le pongan a través de regulaciones tienen que ser proporcionales», asevera Viñals.
Aun con todo, Airbnb acentúa su interés en colaborar con las autoridades de cada a que se elaboren estas regulaciones que tienen, por objetivo principal, prevenir y atajar brotes de turismofobia en los principales núculeos de demanda turística.
Por último, Viñals asegura que solo el 0,3% del total de las viviendas que se alquilan en Madrid a través de Airbnb son viviendas enteras. Aun así, según publicamos hace unas semanas en TecnoHotel, actualmente hay más oferta habitacional disponible en Airbnb que en Idealista.
