Los pronósticos en la industria de la hostelería apuntan a un crecimiento progresivo durante los próximos años. Es evidente que tenemos factores externos, fuera del la hostelería, que hacen que nuestra posición se consolide o se deteriore. Estamos sometidos a modificaciones en este mundo tan globalizado en el que nos encontramos que las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana. De ahí que, si bien los informes apuntan a una línea continua de éxito, existe un riesgo que puede desestabilizar al sector.
Según los expertos financieros, los mercados funcionan correctamente, las tendencias indican un aumento todas las industrias de nuestro país, no solamente el turismo. La preocupación radica ahora en la inestabilidad que se puede crear por parte de la política. En turismo necesitamos una estabilidad política para que el sector no se resienta de actitudes y gestiones ajenas.
Tenemos que reinventarnos cada día, no podemos dejarnos llevar por el éxito obtenido, si hoy tenemos una buena salud en turismo no es motivo para bajar la guardia.
Los sistemas de gestión de los hoteles están cambiando muy rápidamente nos guste o no; aún así, con independencia de quién pague la nómina en cada departamento de un hotel, sí es obligación del director de hotel unir los departamentos y no perder esa tarea de hacer equipos de profesionales, debemos sumar, no restar.
Por ejemplo, la imagen que estamos dando en la Costa del Sol, con varias escuelas de hostelería cerradas por falta de entendimiento entre las administraciones, es muy lamentable. ¿Cómo es posible que no se tomen en serio el turismo y que lo hagan solamente para salir en la foto?
Con cada paso que demos en contra de la formación y de la cultura en turismo, estamos perdiendo poder con respecto a la competencia.
Todos sabemos que el secreto del éxito está en tener experiencia, conocimientos y habilidades, si no hacemos nada por la expansión de los valores personales cada vez se cierra más el circulo ante las clases laborales y profesionales.
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