Pese al poco favorable contexto económico, y precisamente debido al mismo, es más importante que nunca centrarse en estrategias que permitan mantener la competitividad e, incluso, aumentarla para desmarcarse de la competencia
Antes de cualquier otra consideración, el hotelero debe estudiar los canales de reserva de su establecimiento. De nada sirve tener un millón de visitas en tu hotel si nadie reserva. Analizar el ratio de conversión debe ser una misión habitual.
Una investigación cuantitativa y cualitativa te ofrecerá una contabilidad clara sobre la percepción de los clientes sobre el proceso de reserva. También te permitirá conocer nuevas herramientas de reserva o cómo lo hacen otros hoteles parecidos al tuyo.
Realizar encuestas entre usuarios que se encuentran dentro de tu público-objetivo puede ofrecer una visión sobre cómo los clientes entienden el proceso de reserva, por ejemplo: cuándo recurren a una agencia de viajes, cuándo reservan online, qué factores afectan a sus elecciones, cuántos consultan terceras webs en busca de comparaciones y descuentos, cómo conseguir que los usuarios reserven directamente en la web de tu hotel…
Esta información te permitirá establecer las preferencias de tus clientes y posibles clientes. También te ayudará a conocer si estás utilizando los mejores canales online para tu negocio. Con toda esta información en la mano es más sencillo diseñar una estrategia de marketing que mida con precisión de cirujano qué canales deben ser utilizados, evitando la inversión en otros que no ayudarán en absoluto a aumentar tus beneficios.
Diseña la mejor página web posible
Teniendo en cuenta que ya el 45% de las reservas se realiza online y que es un número que no dejará de crecer, tu motor de reservas debe funcionar a la perfección o perderás clientes. Nadie reservará si no es consciente de tu existencia y si no estás online no existes. Aunque en los últimos años los hoteles han invertido tiempo y esfuerzo en SEO para conseguir que sus hoteles aparecieran en los primeros puestos de las búsquedas en Google. Sin embargo, con los continuos cambios en el buscador, han surgido interesante alternativas.
Así, por ejemplo, puntúan para Google las calificaciones que se han de las páginas y de sus contenidos en tiempo real: confianza en la información, credibilidad, calidad de la web. En lugar de manipular palabras clave y contenido, prácticas comunes en el SEO, las nuevas clasificaciones buscan puntuar la experiencia global del usuario en tu web.
Además, aparecer en los primeros puestos de Google no garantiza un alto ratio de conversión. No se trata sólo del número de clicks que consigamos, sino de enganchar al cliente y convencerlo con nuestra oferta.
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