El comportamiento de los clientes está cambiando debido a la proliferación de aplicaciones móviles que permiten la reserva de último minuto. Para los hoteles es importante considerar las consecuencias de este tipo de canal
La promesa de reducir el número de habitaciones vacías gracias a la venta de último minuto no es nada nuevo. Siempre ha existido, especialmente en Europa, donde la proximidad de multitud de destinos turísticos interesantes y la proliferación de vuelos low cost ha disparado la oferta flash en los últimos años.
Generalmente, los operadores de productos empaquetados han tenido mayor flexibilidad que los hoteles para jugar con los precios de su producto, ya que estos están más sujetos a políticas de precios fijados.
La oferta de última hora supone varios riesgos para el hotelero: molestar a los clientes habituales, contaminar la política de precios del hotel y acostumbrar al cliente a esperar al último momento para reservar.
En una presentación realizada en el último Travel Distribution Summit llevado a cabo el Las Vegas por parte de EyeForTravel, Mark Starkov, de la empresa HeBS Digital afirmó que los hoteles no deberían realizar en ningún caso estas ofertas de último minuto, especialmente en el canal móvil, una opción muy tentadora, sin duda. Allí contaba la experiencia de un hotel de Nueva York que se centró en estas ofertas de última hora a través de OTAs y plataformas como Hotel Tonight. Pronto, el número de reservas creció. Sin embargo, el hotel vio cómo clientes que ya habían reservado cancelaban para esperar a última hora para volver a confirmar su estancia.
A esta idea, Mark Starkov añade que «no espero que el comportamiento cambie a medio plazo. Es natural que la compra de última hora crezca en situaciones económicas como la actual. la oferta es muy abundante y los clientes estçan ya “entrenados” para planificar sus viajes en el último momento».
Fuente: Tnooz
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